miércoles, 20 de julio de 2011

EL APARTAMENTO

EL APARTAMENTO 1.960

Director: Billy Wilder
Protagonistas: Jack Lemmon, Shirley McLaine, Fred McMurray.
Género; Comedia Romántica,  Comedia, Romance.
Fotografía: Blanco y Negro.
Premios: 5 Oscar. Mejor película, mejor director, mejor guión original, montaje, dirección artística. (10 nominaciones)  

La comedia romántica es un subgénero de la comedia y del romance,  que se utiliza generalmente para describir películas románticas, donde dos personajes,  que se sienten atraídos, en situaciones muy obvias, terminan en la mayoría de los casos, después de sucesos divertidos y situaciones extremas, juntos al final de la película.  Pero, El Apartamento, del gran maestro Billy Wilder es definitivamente una verdadera descripción de este género. Es comedia y es romántica, las dos cosas por igual. No es tan obvio, es realista y el cuento es contado de forma tan divertida que toca fibras al público de situaciones comunes y profundas. También se puede llamar una comedia dramática.

Una verdadera obra maestra del cine, en mi concepto, la mejor película del talentoso director, que tiene ya un punto alto con cintas como El crepúsculo de los Dioses, Días sin huella, Testigo de Cargo o Perdición, en otros estilos.  

Wilder es quizás el mejor de todos, en el ritmo narrativo de las películas y su gran capacidad de guionista lo aprovecha al máximo, generando siempre que la calidad de los diálogos se note superlativamente en el desarrollo de la historia, facilitando el crecimiento de los protagonistas en cada cinta.

La película trata sobre un soltero (Jack Lemmon), bastante conformista,  empleado común de una gran oficina de seguros, que alquila su apartamento a sus jefes para citas amorosas clandestinas, esperando con ello un ascenso en su trabajo.  Mientras el organiza las citas, conoce a una linda y simpática ascensorista (Shirley LacLaine) a quién espera conquistar, sin saber que ella es una de las citas del jefe mayor quién le prometió el ascenso.

En, El Apartamento, las grandes cualidades del director se desbordan, el argumento es genial, un guión, que escribió junto a I.A.L Diamond, ganando el Oscar, nos cuenta una historia que tiene de todo.  Poder, romance, diversión, ternura, realidad, tristeza, maquinación, drama, todo eso contado con una continuidad y un equilibrio a modo de comedia, que hacen que la película trascienda en todos los aspectos, siendo válida tanto en los sesenta cuando fue rodada e inmediatamente reconocida como en este siglo, aún después de los grandes cambios tanto en el entorno como el comportamiento de las personas y su psicología.

La actuación de Jack Lemmon, es extraordinaria, interpretando un personaje solitario, con poca ilusión y muy profundo  cuando se enamora. Lo mismo Shirley MacLaine, muy tierna y real que doblega al público a pesar de su situación. Los dos fueron candidatos al Oscar, y a bien que lo merecían por que estuvieron grandiosos,  pero se encontraron con dos grandes Burt Lancaster (El fuego y la palabra) y Elizabeth Taylor (Una mujer marcada).

La puesta en escena, otra gran virtud del director, es sensacional, generando momentos eternos del cine, con soberbios  detalles que engrandecen las escenas.   La fotografía en blanco y negro, es muy importante, realza las situaciones y las bellas escenas, como la  de las cartas, los espaguetis, los bombines de la fiesta, el espejo.  En conclusión es otra obra maestra de Billy Wilder, la mejor, todo aficionado la debe ver y no se cansará de repetir.

Nelson Bedoya.

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